A lo largo de la historia, muchas han sido las veces en que la necesidad de la lucha ha hecho que el movimiento estudiantil se articule con el mundo popular, específicamente pobladores y trabajadores, ejemplos de ello son el mayo francés del 68, y el Cordobazo en argentina el 69, ambos, ejemplos vivos de unificación popular, en pos de un mismo objetivo. Demás está evidenciar que el contexto en el que se desarrollaron sus respectivas luchas fue totalmente distinto al nuestro, teniendo en cuenta que ellos poseían una politización de los espacios mayor tanto a nivel social, como estudiantil y, por ende, tomaron de mejor manera la necesidad de una articulación concreta entre ambos sectores.
Lo que nos faltó
Evidentemente dentro de toda la movilización estudiantil encontramos el apoyo irrefutable de la sociedad, demostrado en cacerolazos, encuestas, marchas, etc. Y hasta una serie de congresos sociales por un Proyecto Público de Educación, desarrollados en
las ciudades de Santiago, Valdivia y concepción, intentando tensionar desde las bases el modelo educativo de la burguesía, teniendo en cuenta que dicho proyecto está orientado a satisfacer las necesidades del campo popular, y que dichas necesidades no serán ganables sin dañar el modelo neoliberal en su conjunto. Además, nos permite poder instalar la discusión en torno a qué proyecto de sociedad es compatible con el modelo educacional al que aspiramos, profundizando la crítica al sistema en su conjunto.
Sin embargo esto no fue suficiente, la capacidad del reformismo estudiantil (PC) fue tanta que nos terminaron imponiendo la salida parlamentaria, institucionalizando nuestras demandas dentro del sector político y capitalizando el movimiento. Además la incapacidad que el sector más “radicalizado” tuvo en no poder articularse entre ellos, y con el sector sindical y poblacional de mejor manera, nos terminó pasando la cuenta y no fuimos capaces de generar una ganada concreta para el movimiento, lo que terminó dañando la moral y desgastando a nuestros compañeros.
Lo que se avanzó
A pesar de lo anterior, se logó avanzar, y se hizo mucho dentro de esta movilización. Que hayan sido evidenciadas y acogidas las demandas estudiantiles en la sociedad (re nacionalización del cobre para la Gratuidad , democratización, fin efectivo al lucro, etc.), da pie para que se vaya conformando un nuevo paradigma en la educación, y que entra en disputa contra el modelo neoliberal.
La necesidad de articularse entre otros actores sociales para producir cambios profundos dentro del modelo, también es algo que se consiguió evidenciar de buena manera en esta movilización. Esto, nos da pie para que nosotros, como estudiantes, centremos fuerzas en tal aspecto, entendiendo que no somos quienes tienen todas las respuestas para la articulación, sino que, la necesidad también viene de otros sectores. Eso sí, sin agotarnos de manera excesiva en ello. Se hace necesario evidenciar que desde el campo sindical, precisamente la CUT , ha jugado un rol conciliador de clases en las últimas décadas, por lo tanto no sé que más esperar de ellos.
Hay que tener en cuenta que en el sentido que más se avanzó fue en la organización del campo popular, entendiendo que a lo largo del país se fueron desarrollando asambleas ciudadanas con el fin de discutir y replantearse que a la sociedad le preocupan, como es el caso de la educación.
En lo que hay que avanzar
Queda demostrado que tenemos mucho por delante, que la lucha estudiantil no es algo que desaparezca por unas cuantas migajas, sabemos que no ganamos lo que queríamos, pero tenemos en cuenta que es una lucha de largo aliento y que aun no termina. Se hace necesario potenciar los espacios de articulación de base para que nos permita contener un eventual y transitorio reflujo, permitiéndose desde lo local (facultades y/o carreras), agrupar estudiantes de base comprometidos en un mismo proyecto, para que en un futuro próximo las movilizaciones venideras se sienten en un acumulado grupo de estudiantes concientizados y dispuestos a dar la pelea contra el modelo neoliberal, y dar paso al nuevo sistema de educación y sociedad que queremos.
Miguel Ángel Maugard, estudiante de Historia y Geografía.
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